Una de las últimas instalaciones que hemos realizado ha sido en un “espacio familiar” en Madrid. El espacio familiar “Los 100 Lenguajes” “ofrece por un lado, a los niños y niñas de entre 0 y 3 años, no escolarizados, un ambiente de juego y relación, organizado con espacios y materiales que responden a las necesidades de cada edad. Son espacios para disfrutar, explorar, experimentar, ampliar su capacidad autónoma y relacionarse en un entorno preparado y pensado para ellos.Por otro lado, ofrece a sus familias un espacio en el que disfrutar observando el juego de sus hijos y un ambiente tranquilo donde compartir con profesionales y con otras familias sus inquietudes, interrogantes y experiencias en un clima de respeto.”
Los elementos que les suministramos fueron: un juego motriz de 2 plataformas, un conjunto primeros pasos, un cambiador pikler y un mostrador divisor.
Uno de los elementos es un gran módulo de psicomotricidad adaptado al espacio del que disponen. Estos juegos motrices o aéreos posibilitan todo tipo de juegos de motricidad amplia (subirse,enfilarse, gatear, trepar, movimientos laterales, deslizarse, resolver obstáculos) También posibilitan juegos de escondite, de creación de territorios. Sugieren la creación de rincones de juegos simbólicos. Facilitan a la educadora/or la transformación del módulo a partir de otros materiales: telas grandes, papeles, redes, cartones… La creación de los juegos motrices o aéreos responden a las observaciones realizadas sobre las capacidades de los niños, desde el momento en que son capaces de desplazarse. Las distintas alturas de los escalones, tarima, valla, corresponden a las medidas del cuerpo de los niños tanto si gatean, se ponen de pié, agachan, se sientan, etc. Además de corresponder al movimiento libre, los juegos motrices o aéreos permiten practicar la percepción de la perspectiva por el hecho de ver las cosas desde distintas alturas.
Foto tomada de facebook «Los 100 lenguajes».
Podéis encontrar aquí más información de la familia de grandes modulos de interior.
“Los 100 lenguajes” pertenecen a AMEGI (Asociación Madrileña de Escuelas Infantiles de Gestión Indirecta) e inicialmente gestionaban la Escuela Infantil Municipal Las Nubes. Las educadoras y las familias de esta escuela municipal lucharon durante meses para evitar que el Ayuntamiento de Madrid subastara la gestión de la escuela al mejor postor, a una empresa privada que hace de la educación un negocio. Ellas se quedaron sin escuela y así nació “Los cien lenguajes”. Pilar, de la cooperativa nos estuvo explicando cómo se habían lanzado a este proyecto tan emocionante.
Sorprende que en una ciudad como Madrid este sea el primer espacio familiar de estas características que se crea. Ellas son profesionales y familias que resistieron en la escuela pública, profesionales y familias maltratadas por una administración autonómica que quiere hacer de la educación un negocio, regalando la gestión de las escuelas infantiles municipales a empresas de servicios, sin experiencia en educación (algunas de las empresas que gestionan escuelitas son empresas de servicios de limpieza) que lo único que quieren es obtener un beneficio económico en detrimento de la calidad.
Durante meses pelearon bajo el lema “No me bajo de las Nubes”. En Madrid los niños y niñas de 0 a 3 años, sus familias y las educadoras, son sufridores de un sistema educativo que literalmente los maltrata. Ante esta situación Almenara se solidariza y lo tiene claro: No apoyamos el desmantelamiento de la escuela pública…ya sea en Madrid, en Valencia, o en Andalucía.
Alabamos y admiramos la iniciativa de la cooperativa , el coraje de emprender en un medio hostil, el crear un espacio familiar asumiendo el riesgo. Posiblemente sea deficitario económicamente, a lo sumo, no obtendrán grandes beneficios. Pero han sabido aglutinar toda la energía, las ganas y la pasión de un equipo de educadores/as y de unas familias motivadas en el acompañamiento respetuoso hacia sus pequeños.
Un espacio familiar es una experiencia preciosa y necesaria que toda la sociedad tendría que asumir como algo de obligado ofrecimiento por parte de la institución pública. Es un servicio básico para que seamos una sociedad sana, ahora y en el futuro.
Desde Almenara queremos denunciar que se comercialice con servicios públicos básicos, y la atención a la primera infancia lo es. Denunciamos las políticas neoliberales que están echando a las personas que quieren ofrecer un servicio digno y de calidad y que contratan a empresas dudosas, en manos de amiguetes que lo único que quieren es repartirse el pastel, como si de un juego de mesa se tratara. Pero no estamos jugando, esto es la vida y se trata del futuro de niños y niñas pequeños que serán los adultos de mañana.
Esperamos y deseamos que les vaya muy bien y que muchas familias puedan disfrutar de este espacio tan interesante.
La web de 100 lenguajes: