Como os anunciamos por las redes Almenara ha estado en el VIII Congreso de AMEIGI con el monográfico “Creando cultura de infancia”. Por asuntos familiares no hemos podido estar en todas las ponencias, pero como siempre suele hacernos Ameigi la calidad de ellas es excelente.
Buenos ponentes, con experiencia y trasladando en todo momento la importancia que tiene estos primeros años de vida en el ser humano.
Últimamente vengo más asiduamente a Madrid. Es curioso ver que a pesar de que la política va por un camino (no acertado) por la ley de la polaridad salen personas que generan experiencias muy satisfactorias. Colectivos que van a contracorriente, que a pesar de estar solas, sin apoyo institucional y social, siguen trabajando humildemente porque el interés máximo es la infancia.
Los niños tienen la capacidad de aguantar mucho. El mejor ejemplo soy yo mismo. A los 3 años de edad ya me llevaron a una guardería de monjas de mi barrio. Recuerdo esa época muy oscura, muy triste. Pasábamos mucho rato en pupitres individuales rellenando fichas de ortografía, Sí, a esa edad. Y recuerdo que existía el Cuarto de las ratas. Un cuarto donde te encerraban castigado y te dejaban un buen rato. Un cuarto donde estaban las fregonas, las escobas, la basura. Luego en la primaria más de lo mismo. Un colegio grande donde la disciplina era de lo más importante, donde las reglas de madera se rompían en nuestras cabezas o manos. Por suerte, no todos los días eran así de “buenos”. A pesar de este tipo de educación he sobrevivido y dentro de lo que cabe me siento bien conmigo, con mis cosillas, pero bien. Y progreso adecuadamente. Con esto lo que quiero decir es que los niños pueden aguantar “pequeñas” torturas físicas y psíquicas, mano dura, disciplina férrea, una educación “Como Dios manda”. Sí, pueden, yo he podido, por tanto, ellos pueden.
¿Es necesario? ¿Eso es lo que quiero? ¿La humanidad evoluciona, mejora, rectifica? ¿Los nuevos tiempos, las nuevas profesiones requieren de esa educación? No, no quiero esa educación para mis hijos. Es indignante y despreciable seguir aplicando esa misma educación. Yo estoy bien pero me ha costado mucho dinero y esfuerzo personal llegar a donde estoy. Es indignante que sabiendo lo que sabemos a estas alturas, teniendo tanta información como tenemos, sigamos queriendo aplicar un mismo método u otros disfrazados, lobos con piel de cordero. Es despreciable oir un discurso que lo que esconde es producir personas con la cabeza gacha, carne de cañón de futuro, personas que no tengan la fuerza de trabajar por unas buenas condiciones de humanidad.
Y lo que me choca más es la ignorancia. Ignorancia porque sabiendo que en este mundo tan cambiante, con una visión global ya no sirve un ser humano que no tenga capacidad de autoformarse, con capacidad y energía de seguir avanzando, un ser humano con mentalidad crítica, cooperativo, con habilidades personales y sociales. Un país como el que estamos construyendo ahora nos lleva al desastre futuro. Y el problema es que no podemos esperar más. Bueno, podemos, pero ¿a costa de qué? Ya digo, podemos aguantarlo prácticamente todo.
Políticos, economía, sociedad!!!! Pónganse las pilas. Dense prisa que no queda mucho tiempo. Ya no nos sirve una España de charanga y pandereta. Hemos de mirar localmente con mente global.
Políticos de Madrid!!!! Pónganse en contacto con las maestras de AMEIGI, trabajadoras incansables con muchísima experiencia y con ganas de formación continua, una virtud. Contacten, escúchenlas, cuidenlas, denles oportunidades.
Ayuntamiento de Madrid, dónde estáis!!! Qué entendéis por infancia. Con quién estáis hablando, quién os está asesorando.
No es un problema de un sector político o social, es una problemática global y, por tanto, las soluciones son globales. La mejora atañe a todos y todos nos beneficiamos.
Gracias AMEIGI por tan lindo Congreso y por la labor que estáis haciendo. En otro artículo ya hablaré de su contenido y de “Crear una cultura de infancia”.